Las
dos circuncisiones
Sino que es judío el que lo es en el
interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu no en la letra; la
alabanza del cual no viene de los hombres, sino de dios. Romanos
2:29
INTRODUCCIÓN
En el relato de Josué 5, se
habla de aquellos que habían nacido en el camino hacia Canaán; ellos debían ser
circuncidados. Después de realizada la
circuncisión el Señor quitó de ellos el oprobio de Egipto (Jos. 5:9). Hoy nuestro Josué, el Espíritu
Santo, tiene que circuncidarnos; quitar esas áreas, las cuales si no son
quitadas el enemigo se aprovechará de las mismas.
I. LA CIRCUNCISIÓN
La circuncisión consiste en
una operación por medio de la cual se corta el prepucio del miembro viril. Era
una señal del pacto de Dios hecho con Abraham (Gn. 17:10-12). Todos los varones
nacidos en la casa de Abraham debían ser circuncidados al octavo día después
del nacimiento. El número 8 que era una edad literal, hoy nos habla de reinicio
o nueva creación. Ésta operación consistía al nacido la consagración a Dios,
era algo que lo hacía diferentes del mundo, aunque en otras naciones la
practicaban dándole otro significado.
Josué se hizo cuchillos
afilados; la circuncisión del corazón no es hecha de manos de hombre (Col. 2:11),
es por el Espíritu Santo quien tiene distintas maneras para tratar con nuestras
áreas conflictivas. Y cada uno de nosotros un trato distinto, con el único fin
de poseer Canaán.
II. LA CIRCUNCISIÓN DEL CORAZÓN
Para el pueblo de Israel
existían dos circuncisiones. Una hecha a la vieja generación por la mano de
Moisés en el desierto (Jos. 5:5), y otra a la nueva generación hecha por Josué
en Canaán.
Así mismo, existe una circuncisión hecha por la ley al pueblo de
Israel, y otra hecha por el Espíritu Santo a la Iglesia (Ro. 2:25-29). Cuando
nos hicimos uno con el Espíritu de Cristo fuimos circuncidados por primera vez.
Quitaron de nosotros el cuerpo de pecado (Col. 2:11), pero posteriormente
necesitamos experimentar una segunda circuncisión, la del corazón o del alma
(Ez. 11:19). El Señor por su Espíritu quitará la carne que tanto daño nos
provoca.
Josué utilizó cuchillo para
circuncidar a los hijos de Israel, el Espíritu utilizará la palabra (He. 4:12).
Gálatas 5:19 menciona las
obras de la carne que se pueden dividir en áreas. El área sexual (adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia); espiritual (idolatría, hechicería); del
temperamento (enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas, divisiones,
sectarismos, envidias); y vicios (borracheras, orgias).
Fue a cada uno de las nuevas
generaciones que Josué circuncidó, mostrando con esto que es una experiencia
personal por la cual debe pasar todo aquel que ha nacido de nuevo. Por otra
parte, cabe señalar que hubo una disposición por parte del pueblo para que la misma
se realizara. Así hoy día, nadie será circuncidado si no quiere, a menos que
deje que el Espíritu Santo quite toda carne. No ignoramos que esta circuncisión
es dolorosa; después de ser ministrados en las áreas de conflicto el “yo” se
resiente; la autoimagen del hombre viejo sufre; sin embargo el Señor es quien
va a cicatrizar toda herida.
III. BENEFICIOS DE LA CIRCUNCISIÓN
Como consecuencia de la
circuncisión al otro día de la pascua, comieron del fruto de la tierra (Jos.
5:11). De igual manera nosotros, al ir eliminando la carne seremos tierra
abonada para que el Espíritu Santo produzca fruto.
El capítulo 6 del libro de
Josué, habla de la toma de Jericó,
ciudad que estaba bien amurallada. Ésta ciudad fue tomada después de haber
arreglado su condición delante de Dios. Nosotros, después de la circuncisión,
podremos tomar aquellas áreas difíciles días atrás.
Los panes sin levadura
tipifican el participar de la verdadera santidad y las espigas nuevas tostadas,
la revelación de la palabra hecha comida deliciosa para nosotros.
CONCLUSIONES
·
La
circuncisión es una señal y el sello de la justicia de la fe de Abraham.
·
Hay
carne en nosotros que el Espíritu Santo quitará con cuchillos afilados, si
nosotros nos disponemos para que nos circuncide.
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