Limpiémonos
de toda contaminación
Así que, amados puesto que tenemos tales
promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor de dios. 2 Corintios
7:1
INTRODUCCIÓN
Tal petición pareciera que estuviera
mal dirigida; sin embargo, el apóstol Pablo escribió ésta carta a la iglesia de
Dios que estaba en Corinto. Esto nos muestra que el cristiano puede
contaminarse, pero en su misericordia el Señor ha delegado siervos suyos para
que ministren conforme al poder que Dios da y así ejerzan un servicio de
limpieza dentro de los miembros del cuerpo de Cristo (Ap. 22:11).
I.
PERFECCIONANDO
LA SANTIDAD:
Limpiarnos de toda
contaminación es parte de la consagración
y que nos corresponde a nosotros realizar. Apartarnos a Dios para que él
realice la santificación. Cuando el apóstol Pablo dice: “perfeccionando la
santidad en el temor de Dios”, quiere decir que aborrezcamos el mal o el
pecado. No se trata de sentir miedo, es negarnos y aborrecer al pecado. Si no
hay temor de Dios no puede haber limpieza de contaminación.
Algunas personas buscan a
Dios por miedo y no por temor a él. Cuando tomemos la decisión de limpiarnos de
toda contaminación será el momento cuando expongamos nuestra voluntad ante
Dios. El Señor orando por los suyos dijo: “Padre no te ruego que los quites del
mundo, sino que los guardes del mal”. No tenemos justificación como para decir
que porque estamos en el mundo nos contaminamos.
Daniel, por ejemplo, propuso
en su corazón no contaminarse en Babilonia. Se trata entonces de luchar contra
el mal, de despojarnos de todo aquello que esté impidiendo ser santos.
II.
LIMPIÉMONOS
DE CONTAMINACIÓN:
No hay nada fuera del hombre
que por entrar en él le pueda contaminar, pero lo que sale del hombre es lo que
contamina. Es del corazón o del alma de donde salen los malos pensamientos, las
inmoralidades sexuales , los robos, los homicidios, los adulterios, las
avaricias, las maldades, el engaño, la sensualidad, la envidia, la blasfemia,
la insolencia y la insensatez.
Todo lo que es contaminación
en nosotros, es levadura, y dice la Biblia que un poquito de levadura leuda
toda la masa (1 Co. 5:6-8). Una vez que estemos con problemas de contaminación
no vamos a poder celebrar la fiesta de la pascua que es Cristo en nosotros, porque
el pecado va estar ejerciendo presión en cada uno (Ex. 12:19,20).
Romanos 8 dice claramente que
tenemos una lucha que librar para despojarnos de todo lo que es contaminación
de la carne, pues quienes viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Finalmente, puede haber
contaminación de espíritu si se abren puertas a los emisarios del enemigo de
nuestra alma (Ec. 10:8).
Es únicamente por el espíritu
y nunca por fuerza propia, como seremos libres de toda contaminación. La Biblia
dice que no nos fue dado un espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de
dominio propio (2 Ti. 1:7). Sojuzguemos
y señoreemos con la ayuda del Espíritu sobre toda nuestra tierra (alma).
CONCLUSIONES
· Hay
contaminaciones a nivel de la carne y de espíritu, de la que tenemos que
limpiarnos.
· El Señor ha
delegado ministros para que sean ellos quienes nos ayuden, limpiándonos de toda
contaminación.
· Es viviendo
y obedeciendo la voz del Espíritu como haremos morir las obras de la carne y
mantendremos cerrada toda posibilidad de ser contaminados por espíritus.
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